25 julio 2011

Llueve, y en mis huesos noto la duda, de si quizá aún recuerdas a esta mente elocuente. Me siento afortunada por no haber vendido mis sueños, aquellos que jamás entenderían. Haber dejado en mi mente todas esas veces que nunca nos vimos y las cosas que no nos dijimos, pero que ocurrieron, muy dentro de mí lo sé. Llueve, y olvido.

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