05 noviembre 2011

Este dorado elixir da consuelo a las desventuras de la vida, pero conduce a la perdición. A la perdición de los caracoles. 

Cuando oscurece, ellos salen de sus escondrijos y a ritmo de caracol avanzan dispuestos a devorar la carne verde de las plantas. 

En medio de la huerta, un vaso de cerveza monta guardia. Llamados por el aroma de su bebida predilecta, los caracoles trepan a lo alto del vaso. Desde el filo del abismo, se asoman a la sabrosa espuma y cuesta abajo resbalan, dejándose caer. Y en la mar de cerveza, borrachitos, mueren ahogados.


La cerveza - Eduardo Galeano 

No hay comentarios:

Publicar un comentario