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Olvidé la música rota en algún lugar, los mayores desde entonces no me han dejado de preguntar por ti, les he dicho que te has ido con el viento, que has llenado mi silencio. Dije también que no volveré a decir tu nombre. Que te habías borrado y que habías olvidado por completo como volver. Olvidé el sol y tu manera de caerte. Se fue el frío y ya no volverá le soplé que nada sirve asomarse. Mis pasos me condujeron a un lugar sin nombre y sin salida. Y hoy temo lo que fui incapaz de pronunciar. Y ya no amo el tiempo, ni a sus lamentos. Olvidé cuántas veces quise crecer y creer. Y pude entender al compás de mis días el rasgo fuerte de un adiós sin voz.